se diluyen los miedos,
se abren puertas al alma
de cuatro pies en juego
hay palabras que sobran,
y hay caricias que alcanzan
a decir anheloque fruyó en la mirada.
Y cuando esto sucede
cuando riman los sueños,
cuando suenan canciones
del latir de dos cuerpos
y cuando este preludio
manantial de misterios,
rompe el cántaro absurdo
que apresa el deseo,
no es un día cualquiera
no se espera un mañana.
Es hoy infinito
vislumbrado de calma.
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