jueves, 6 de diciembre de 2012

A LAS SUEGRAS

Un saludo os damos
varones y hembras,
con mucho cariño
este es para las suegras.

Hay suegras muy buenas
también las hay malucas,
no las hay tan calvas
ni tres con peluca,
hay de muchas formas,
serenas y astutas,
si eres parrandero
te creen San Judas.

He visto algunas
que en todo se meten,
si mueves la hamaca
ellas van y se mecen,
también se embrutecen,
le dan a la lengua
hasta que amanece.

Quieren a tus hijos
porque son sus nietos,
ayudan en la casa
a pasar el paño,
si llegas borracho
te ponen en un aprieto.
Con la suegra mía ¡ay!
yo no me meto.

A nuestras suegras
vamos a apreciarlas,
tienen sus encantos
hay que valorarlas,
son la inspiración
en este poema
aunque muchas tengan
la lengua muy larga.

Les pido disculpas
por la picardía,
pero las suegras brotan
cuando hay porfía
aman nuestros hijos
con gran gallardía,
respeto merecen en este
y en otros poemas míos.

Si el niño es travieso
y te tira una taza,
eso no es correcto
de veras se pasa,
voy y le castigo
la suegra se alza.
¡Que viva la suegra!
Pero no en mi casa.

Si tengo una amiga
se pone celosa,
mi esposa le dice
que así no es la cosa.
Si tengo que correrla
se pone melosa
prepara la comida
la hace bien sabrosa.

Yo quiero mucho a mi suegra
por que es un encanto,
me da el zumo,
cuando me levanto
se porta bien
dice que soy un santo
voy a ver a mi suegra
aquí pero lejos.

¡Que viva la suegra!
Pero en su casa y no en la mía.




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